
EME MALAFE
Arte, familia y barrio: la raíz de todo
Eme MalaFe es una de las voces más versátiles y crudas de la escena independiente en México. Con letras que exploran lo íntimo, lo social y lo espiritual, su propuesta musical ha logrado resonar más allá de los géneros. Además de su carrera musical, ha incursionado en el cine y la televisión con la serie Santos, un proyecto autobiográfico que él mismo escribió, produjo y dirigió. Actualmente prepara su próximo disco, en el que explora el amor desde una nueva sensibilidad narrativa. Martín no le teme al silencio. Más bien lo abraza. Lo escucha. Ha aprendido a hacerse amigo del silencio, a contrapelo de gritos, prisas y apariencias. En ese ruido, él eligió una ruta distinta: detenerse, volver al centro, a su casa, a sus libros, a su voz.
“Me he vuelto una persona muy tranquila. Me gusta estar en mi casa leyendo, ver una peli, escribir. A pesar de que hay mucho trabajo, he encontrado el balance”, dice con una sonrisa serena. Martín es conocido por muchos como Eme MalaFe, y lo suyo no es solo hacer música, es contar historias, construir mundos con las palabras, atreverse a nombrar lo incómodo. También es pintar, escribir guiones, dirigir series, crear universos desde cero. Y todo eso, aunque ahora le parezca natural, nació como un secreto. “Me escondía para escribir. Desde los trece años lo hago, desde los ocho pinto. Pero allá donde crecí, eso no existía. Apenas hace uno o dos años comencé a aceptar que soy artista”, confiesa.
En su voz hay algo de nostalgia. Algo que suena a sobrevivir. Creció en un entorno donde la expresión emocional podía confundirse con debilidad, donde la dureza era sinónimo de respeto. “En el barrio no es bien visto llegar con tu pandilla y decir que escribes canciones. Sentía esa crítica como un rechazo de mi propia familia”, explica. Pero incluso en la sombra, la necesidad de crear fue más fuerte que el miedo. No fue un camino sencillo. Martín fue parte del primer grupo de jóvenes que apostaron por hacer música sin disquera, sin manager, sin contactos. Solo con talento, terquedad y fe. “Siempre fue una lucha. Pero entendí que si no lográbamos primero el impacto económico, no íbamos a lograr el impacto de pensamiento. Porque acá así es”.
Esa visión lo llevó a tomar decisiones clave. Una de ellas: estudiar Derecho. “Mi papá me dijo: ‘Haz lo que quieras, pero primero estudia’. Me aferré a eso. Y cuando llegaron los contratos, ya sabía leerlos. Aprendí a decir que no. Poco a poco, lo independiente empezó a funcionar”.


A lo largo de la conversación, Martín vuelve una y otra vez a la importancia de cuidar la salud mental. “En este mundo hay mucho descontrol. Si no te mantienes en equilibrio, te sales de control. Se ha perdido mucho esa química humana, eso de conocer realmente a los demás. Es algo mágico”, dice. No se refiere solo al caos de la industria, sino también a esa soledad silenciosa que muchas veces acompaña al artista. El desgaste emocional de crear, de exponerse, de buscar validación.
Hoy, desde un lugar más maduro, ha decidido hacer las cosas diferente. Dedica sus mañanas a leer, a escribir sin presión, a escuchar música. “No hay que dejar de sorprenderte con lo que tú mismo estás logrando. Es fácil perder el piso. Hay muchos artistas que se sienten dioses y eso les impide seguir creciendo”.
Para él, la inspiración está en lo cotidiano. En su infancia, en los tacos que vendían sus papás, en los libros que lo sacaron del ruido. En El arte de vivir, el primer texto que lo hizo pensar. En las calles que caminó de niño, en la rabia que sintió frente a las injusticias. Todo eso lo atraviesa, todo eso es parte de Eme MalaFe.
Este año, dice, le está tocando reconectar con un lado que nunca había explorado: el amor. “Descubrí un lado romántico que no conocía. Y me estoy dejando ir. Me sigo basando en Juan Gabriel, Espinoza Paz… gente full corazón. Vamos a contar muchas historias en este disco”, cuenta. La emoción en su voz es evidente. Es un nuevo capítulo en su narrativa musical.
También está viviendo un momento de expansión creativa. A través de la serie Santos, que él mismo escribió, produjo y dirigió, abrió nuevas puertas: la actuación, el cine, el guion. “Todo lo que estoy haciendo viene de haberlo vivido. Si no vives, no puedes escribir. Si no sales, si no lloras, si no te rompes, no hay historia”. Le preguntamos por los pilares que lo sostienen. Lo piensa unos segundos. “La familia, sin duda. No sería ni diez por ciento de lo que soy sin ellos. Luego la creatividad: si no estoy creando, siento que no estoy viviendo. Y el tercero es lo que dejas. Qué siembras. Todos queremos dejar algo que trascienda. No por ego, sino porque eso es lo que realmente importa”.
Antes de despedirnos, Eme reflexiona sobre cómo la música y el arte han sido su refugio y herramienta para contar historias reales, nacidas de su vida y comunidad: “A mí, contar historias es lo que más me apasiona, porque esas historias vienen de experiencias vividas, de realidades que pocos quieren o pueden contar.” Destaca que conectar con su gente y compartir esas vivencias a través de su música y su arte es lo que le da sentido a todo lo que hace.
Y así, entre la nostalgia del pasado, la convicción del presente y la fe en lo que está por venir, Eme MalaFe camina firme. No como quien busca fama, sino como quien ya entendió que lo verdaderamente valioso es mantenerse fiel a sí mismo. Aunque eso implique caminar en contra a veces.
Corrección y Estilo por Maryfer Jacobo.
Fotografía Paola Vivas @paolavivasphotography
Director Creativo & de Moda Edu Espejo @edu.espejo
Grooming Kariana Martínez @karianamua para Hot Tools @hottoolslatam
Asistente de Foto Dulce Sofía Ortiz @sofffiiia