
Gustavo Egelhaaf
Entre la versatilidad y la pasión por contar historias.
El actor sonorense nos abrió su corazón para hablarnos de sus inicios, los retos y la belleza de equivocarse.
Desde comerciales en la Ciudad de México hasta protagonizar musicales y películas aclamadas, Gustavo Egelhaaf ha construido una carrera cimentada en la curiosidad y el rigor. En una conversación franca, el actor sonorense reflexiona sobre su evolución artística, los desafíos de la industria y ese instinto narrativo que lo llevó a cambiar el dibujo técnico por los escenarios.
Su viaje inició con una epifanía adolescente: “Lo que más me enamoró fue el cine. Veía las películas y decía: ‘¿Cómo hacen de la ficción una realidad para nosotros?’. De niño, cuando iba al cine siempre me preguntaba: ‘¿Eso es mentira o es verdad?’”. Y un salto al vacío fue el que lo llevó hasta la capital mexicana, a pesar de que no tenía contactos ni recursos: “Comencé en la Ciudad de México. Me mudé muy joven, llegué sin dinero y pensando: ‘¿Cómo pago la renta?’. Fue entonces que empezaron a hablarme para hacer castings de comerciales y me dediqué a eso durante años. Era mi campo de entrenamiento y de donde sacaba dinero para pagarme las clases de actuación. A partir de ese momento creció el movimiento: teatro, cortometrajes en festivales… Y así comenzó el caminito”.
La cinta ‘Cuatro Lunas’ y la puesta en escena ‘Locos Por el Té’ forman parte de los proyectos que al inicio de su carrera le permitieron demostrar su gran talento. A estos le siguió ‘Hasta Que la Boda nos Separe’, filme con el que se estableció un poco más, y desde entonces todo ha sido crecimiento.
Sin embargo, el camino no ha sido nada sencillo, pues “el reto más grande fue no ser hijo de alguien famoso. No tener contactos hace las cosas más tardadas. Llegué aquí diciendo: ‘Quiero ser actor’, pero no sabía cómo meterme. Parecía un mundo utópico donde todos se conocían y yo estaba afuera”.
Hoy en día, al comparar sus inicios con la experiencia que ha adquirido en proyectos como ‘Cabaret’ (teatro) y ‘Mesa de Regalos’ (cine), Gustavo destaca contrastes: “En teatro, lo que sucede en el escenario solo lo vive ese público presente. En ‘Cabaret’ cada función es distinta, ¡nadie ve lo mismo! Y es que las formas de contarla pueden variar mucho, de acuerdo con la energía del escenario. Cuando la gente platica sobre la obra piensa que vio lo mismo, pero no es así. Por otro lado, en las películas todos ven lo mismo, aunque lo interpretan distinto. Y eso me enloquece: abrir conversaciones desde una misma historia. Para mí, el cine es perfecto y eso lo vuelve mágico”.
Para Egelhaaf, los ensayos son el corazón de cualquier proceso cuando se prepara ante un nuevo trabajo: “En ‘Cabaret’, dedicamos meses a estudiar el Berlín de los años 30, a discutir cada frase… Esa inmersión es deliciosa. Y en cine, amo proponer matices: ¿por qué el personaje haría esto y no aquello?”.
Y es precisamente esa forma de ver a sus personajes la que lo hizo someterse a una transformación física hace unos años, para la película ‘Doblemente Embarazada’, de la cual reveló: “Subí de peso intencionalmente. La gente asume que estoy gordito, pero fue para reflejar la inseguridad del personaje. ¡Lo interesante es que no lo noten!”.
“Dense la oportunidad de equivocarse”
Con la voz de quien rompió barreras, el actor enfatiza que “los aciertos en la creación siempre están cimentados en los errores, pero si no te equivocas no lo vas a encontrar. Si crees que tienes la razón todo el tiempo, jamás los vas a descubrir. Hay que aprender a equivocarse y de esta forma abrirse para crear”.
Aunque la actuación sigue siendo su eje, Egelhaaf vislumbra nuevos retos, ya que “quiero dirigir y en algún momento lo voy a hacer. Creo que mi asunto está en la ficción, en contar historias, me gusta mucho y es una fascinación mía. Tengo muchas ganas de hacer cine y también quiero seguir en teatro, aunque desde el lado de la dirección”.
Para finalizar, le pedimos que nos diera un consejo para esas nuevas generaciones de actores que esperan obtener todo de inmediato: “Enamórense del proceso, lean bien sus contratos. Lo más importante es, sin duda, su trabajo; ser creativo es muy valioso. Y no pidan disculpas por equivocarse, entréguense al proceso de creación”.
Corrección y Estilo por Rodrigo Chávez López
Fotografía Ivan Aguirre @ivanaguirrefotografo
Styling Alo Murillo @alo_murillo_
Grooming Luis Velveet @velveethmuah