
Ed Maverick, un cierre que suena a nuevo comienzo
El cantautor chihuahuense culmina su gira “La Nube en el Jardín” con una serie de presentaciones que confirman su madurez creativa y su poder para conectar desde la honestidad.
Cuerno Nueva York
El pasado 13 de octubre, el Teatro Metropólitan se llenó de una energía que solo Ed Maverick puede provocar: esa mezcla de melancolía y esperanza que convierte cada acorde en una confesión. Con esta presentación —y su cierre en Monterrey, el 15 de octubre—, el músico chihuahuense dio fin a la gira “La Nube en el Jardín”, un recorrido que durante más de un año lo llevó por México, Latinoamérica, Estados Unidos y Europa.

Más que una gira, este ciclo fue un proceso creativo y emocional compartido con el público. Cada concierto se sintió como un universo aparte, una invitación a mirar hacia adentro. “La Nube en el Jardín” —su álbum más reciente, lanzado en 2024— es un viaje de introspección, una serie de paisajes sonoros donde las emociones humanas se entrelazan con la naturaleza, la memoria y el tiempo. Escucharlo en vivo fue presenciar cómo esas canciones se transformaban en experiencias sensoriales: íntimas, vulnerables y profundamente humanas.


Durante el concierto en el Metropólitan, Ed apareció acompañado solo de su guitarra, rodeado de una escenografía sobria que enfatizaba lo esencial: su voz, su música y el silencio entre una canción y otra. Hubo un momento especialmente conmovedor cuando interpretó “Todas las veces” junto a Niño Viejo, colaborador y productor de algunas de sus canciones más representativas. Fue un instante que condensó todo lo que representa su arte: complicidad, introspección y autenticidad.
A lo largo de la gira, Ed demostró que su música trasciende géneros. Su estilo, una fusión entre folk, rock alternativo y una honestidad desarmante, lo ha convertido en la voz de una generación que busca encontrarse a sí misma en medio del ruido. Canciones como Fuentes de Ortiz, Acurrucar, Culpa y Violento no solo lo consolidaron como un fenómeno musical, sino también como un narrador sensible de lo cotidiano.

El cierre de “La Nube en el Jardín” no es un punto final, sino una pausa necesaria antes de un nuevo capítulo. Después de esta etapa —marcada por la madurez artística y la conexión emocional con su público—, lo único que queda claro es que queremos más de Ed Maverick, y pronto. Su talento, autenticidad y visión creativa continúan expandiendo los límites de la música mexicana contemporánea.
Porque si algo nos enseñó esta gira, es que Ed Maverick no solo escribe canciones; construye universos donde todos podemos reconocernos. Y aunque el telón se haya cerrado, su música sigue ahí: flotando, como una nube en el jardín.
Fotografías por Manuel Zúñiga @manuelzuniga