El cine mexicano se viste de gala
La edición 67 de los Ariel celebró lo mejor del cine nacional en una noche histórica junto al Pacífico, reafirmando el talento mexicano y la importancia de consumir nuestras propias historias.
Cuerno Nueva York
La noche del 20 de septiembre de 2025, Puerto Vallarta se transformó en la capital del cine mexicano para recibir la 67ª edición de los Premios Ariel, el galardón más prestigioso de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC). Lo que comenzó en 1946 como un homenaje a los profesionales de la industria cinematográfica nacional hoy es un símbolo de unidad cultural y excelencia creativa.
El Premio Ariel, creado junto con la AMACC, toma su nombre del libro homónimo de José Enrique Rodó, donde “Ariel” representa los ideales de cultura y humanismo. La icónica estatuilla, diseñada por Ignacio Asúnsolo, muestra a un hombre emprendiendo el vuelo, un gesto que simboliza las aspiraciones del cine mexicano. Desde su primera ceremonia en 1947 en el centro nocturno El Patio, el Ariel ha premiado a directores, actores, productores y técnicos, convirtiéndose en un termómetro de nuestra cinematografía.
En esta edición, Sujo de Astrid Rondero y Fernanda Valadez se coronó como Mejor Película, consolidando la fuerza de las directoras en la industria. La cinta también brilló en Mejor Dirección. Raúl Briones se llevó el premio a Mejor Actor por La cocina, mientras que Luisa Huertas fue reconocida como Mejor Actriz por su poderosa actuación en No nos moverán. Estos triunfos confirmaron la diversidad de voces y temáticas que hoy enriquecen el panorama cinematográfico.
Entre los momentos más emotivos de la noche estuvo la entrega del Ariel de Oro a Patricia Reyes Spíndola, quien fue ovacionada por su trayectoria impecable y su contribución al cine y la televisión. El homenaje recordó que el Ariel no solo premia películas, sino también carreras que han marcado generaciones y dado visibilidad al talento mexicano.
La velada, ambientada en un Puerto Vallarta lleno de estilo y hospitalidad, se sintió como una verdadera celebración del séptimo arte. El evento fue descrito por muchos asistentes como un “viaje” hacia el corazón del cine nacional, recordando que el Ariel es más que un premio: es una plataforma para mantener vivas nuestras historias y tradiciones fílmicas.
Producciones como Pedro Páramo de Rodrigo Prieto, No nos moverán de Pierre Saint-Martin Castellanos y La cocina de Alonso Ruizpalacios también se destacaron, sumando nominaciones y premios que evidencian la riqueza temática y visual del cine mexicano. Desde adaptaciones literarias icónicas hasta relatos urbanos contemporáneos, las películas nominadas muestran que nuestras historias pueden emocionar tanto en casa como en el extranjero.
La AMACC recordó durante la ceremonia la importancia de consumir y apoyar el cine nacional. Los Ariel no son solo una alfombra roja: son un espejo de quiénes somos como país y del potencial creativo que tenemos. Puerto Vallarta, con su atmósfera costera y vibrante, dio un aire fresco al evento, marcando una nueva etapa para llevar estos premios a distintos rincones de México.
Esta edición de los Ariel demostró que el cine mexicano sigue volando alto, inspirado en ese Ariel de Asúnsolo que emprende el vuelo. Desde Sujo hasta La cocina, pasando por los nuevos talentos reconocidos como José Alberto Patiño en Mejor Revelación Actoral, la gala fue una prueba del poder transformador de nuestras historias.
En Percha Magazine, celebramos que estos momentos nos recuerden por qué vale la pena seguir apoyando y consumiendo cine mexicano. Porque en cada película, director, actor y técnico late la identidad de un país que sigue soñando en grande, tanto en la pantalla como fuera de ella.
Imagen I, II: vía amar.org.mx
Imagen III, IV: vía Instagram @academiacinemx