Cuerno Nueva York
Hubo un tiempo en que los tonos neón se asociaban con fiestas, raves y luces de neón en las calles de los ochenta. Pero hoy, la historia se reescribe con un brillo más sofisticado. El neón ha regresado, y lo hace con intención: ya no busca ser ruido visual, sino una declaración de energía y vitalidad. En un universo saturado de tonos neutros y la era del quiet luxury, los verdes fosforescentes, los rosas intensos y los naranjas eléctricos aparecen como un recordatorio de que la moda también puede ser emoción pura.
Tras varias temporadas dominadas por la sutileza, las pasarelas más recientes decidieron subir la intensidad. En la Semana de la Moda de París Primavera/Verano 2026, Balenciaga, bajo la nueva dirección de Pierpaolo Piccioli, presentó una colección donde el verde lima y el fucsia eléctrico acentuaban piezas estructuradas, mezclando la elegancia arquitectónica con la vibración del color. En Londres, Burberry apostó por una visión “festival-ready” con gabardinas y trajes en tonos turquesa y citrinos, reinterpretando el ADN británico con un toque irruptivo. En Milán, Versace SS25 resaltó el optimismo a través de estampados y bloques de color saturado. El mensaje es claro: los tonos vibrantes ya no son accesorios, son una declaración.
En Prada SS25 y Off-White, los delineadores eléctricos y las sombras ácidas abandonan el exceso para volverse sofisticación pura. Lo fluorescente ya no grita: brilla con intención. Y más allá de la pasarela, el interiorismo adopta la misma energía con luces LED, neones conceptuales y destellos de color que convierten cualquier habitación en una experiencia sensorial.
Llevar el neón en 2025 se trata de equilibrio visual. Ya no se trata de vestir de pies a cabeza en fluorescencia, sino de encontrar el punto justo entre intensidad y elegancia. Un bolso verde lima o un abrigo magenta bastan para transformar un look neutro; las texturas naturales como el lino o el cuero suavizan la energía del color y lo vuelven sofisticado. En accesorios, los lentes, las uñas o los sneakers se convierten en el foco, pequeños detalles que destacan del outfit sin robar protagonismo. En maquillaje, el delineado eléctrico y las sombras saturadas abandonan su papel de fantasía para convertirse en una herramienta de expresión personal.
El auge de los colores neón responde a una necesidad colectiva: volver a sentir. Después de años de sobriedad estética, la moda vuelve a ver al color como terapia visual y vía de autoexpresión. En esta era digital, estos tonos se convierten en metáforas: brillar para vivir siendo tú.
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