
Hermès: La magia del tiempo
Una trilogía de tradición, maestría artesanal y vanguardia relojera.
Una de las maisons más icónicas de la marroquinería, Hermès, vuelve a sorprendernos con varios lanzamientos, esta vez en el mundo de la alta relojería con tres piezas extraordinarias: Arceau Petite Lune, Le Temps Hermès y Slim d’Hermès Cheval Brossé. Cada una refleja la esencia de la marca, fusionando diseño, precisión y ese wow factor que las convierte en verdaderos tesoros.
Los encargados de darle vida a estas piezas son los artesanos, cuyo propósito es crear espacios de fantasía. Arceau Petite Lune es una experiencia visual y sensorial. Toma como inspiración el diseño de Henri d’Origny de 1978, reinventando el clásico Arceau con una esfera en tonalidad azul que crea la apariencia de un eclipse, apreciamos 15 diamantes y una meticulosa fase lunar a las 10:30 que hace alusión a un cielo con estrellas. La caja es de acero de 38 mm, con 99 diamantes, y una corona con un diamante de talla rosa, otorgando ese toque chic, por el otro lado su correa de aligátor azul abisal, fabricada en los talleres de Hermès Horloger, denota la maestría artesanal de la casa.

Nos adentramos en un viaje al corazón del tiempo, explorando la belleza de la Luna con tres ediciones limitadas del Arceau L’Heure de la Lune, un reloj que desafía lo tradicional al revelar simultáneamente las fases lunares en los hemisferios norte y sur, creando una experiencia casi poética. Las versiones disponibles: Blue Grey Moon, Vesta y Erg Chech. No solo nos impresionan por su apariencia, sino también por la innovación, ya que contienen fragmentos de meteoritos, convirtiéndose en objetos de deseo. Los podemos encontrar en oro blanco, oro rosa y titanio, cada versión lleva una correa de aligátor cuidadosamente seleccionada para realzar la muñeca.

Por otro lado, el Arceau Le Temps Voyageur nos invita a la exploración y nos incita a viajar, ya que siempre tendremos la hora correcta derivado de su función de hora mundial con 24 husos horarios. Este modelo se encuentra en dos versiones: oro blanco y oro rosa con diamantes, e incorpora el motivo Planisphère d’un monde équestre, una oda a la aventura. La edición en oro rosa sobresale por su esfera de nácar con continentes en tono champán opalino, mientras que la versión en oro blanco presenta una combinación de gris azulado y azul marino. Asimismo, ambos relojes cuentan con una correa de aligátor a juego.

Por último, tenemos una verdadera pieza de museo, ya que su esfera presenta una obra digna de exposición. El Slim d’Hermès Cheval Brossé cuenta con una caja de oro blanco de 39,5 mm. Su esfera de esmalte azul exhibe el perfil de un caballo diseñado por Dimitri Rybaltchenko, mientras que el arte de la tampografía permite que la imagen cobre vida. Como el arte no es para todos, esta pieza está limitada a solo 24 ejemplares y está equipada con el movimiento extraplano mecánico de cuerda automática H1950. Su correa de aligátor azul abisal es un distintivo de la relojería de la Maison.
Nos queda la difícil tarea de elegir nuestro favorito, pero algo sí es seguro es que ¡es Hermès!
Imágenes Cortesía de Hermès.