SARDE

SARDE: Donde el sabor se desnuda

En la intimidad de una casona en la Roma, Sarde redefine la elegancia contemporánea con cocina honesta, pesca nacional y una atmósfera que invita a quedarse.
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Escondido entre la calma y el carácter arquitectónico de la colonia Roma, Sarde se revela como un secreto bien guardado: una propuesta culinaria que respira sencillez y al mismo tiempo, sofisticación. El restaurante ocupa la planta baja de una antigua casona, y desde la primera impresión, su estética —de madera, concreto expuesto y acero aparente— envuelve al comensal en un espacio sobrio, elegante y sin pretensiones. Aquí, todo sucede con naturalidad: la luz, el ritmo, la conversación, la comida.

El concepto, ideado por Enrique Lascurain, tiene una premisa clara: dejar que el producto hable por sí solo. La cocina de Sarde es contemporánea, sí, pero también profundamente conectada con el territorio. Los ingredientes son mexicanos, de temporada, y provienen de pequeños productores. La pesca, el eje central del menú, se transforma en platos que —como su espacio— no necesitan adornos. Una macarela con vinagre de apio, servida con una precisión casi poética, es suficiente para entender la filosofía del lugar: técnica, producto y profundidad en equilibrio perfecto.

La experiencia comienza con una sección de crudos y conchas que se pueden pedir por pieza o en fuentes para compartir. Almejas vivas que se mantienen en estanques dentro del restaurante, ostiones, callos y abulón se presentan con frescura total y sin artificios. Más adelante, el menú avanza con clásicos como el pulpo en tinta, el huachinango al grill o un fish & chips de ejecución impecable. Todo acompañado por una carta de vinos cuidadosamente curada, destilados selectos y coctelería precisa, donde cada trago acompaña —sin dominar— la experiencia.

En un momento donde lo más auténtico es lo que más conecta, Sarde se consolida como un lugar que no busca impresionar, sino permanecer. Una cocina que no se disfraza. Un espacio que se siente más como una extensión del gusto que como un espectáculo. Y una invitación, silenciosa pero poderosa, a saborear la belleza de lo esencial.

Ubicación: Puebla 109, Colonia Roma, CDMX 

Martes a Sábado de 4 a 11 PM, Domingos de 2 a 6 PM 

Imágenes Cortesía. 

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